no solo está consolidada como una de las principales referencias en el mercado europeo y americano de estructuras altas sino que ya ha penetrado en Asia y acaba de empezar a explotar la nueva tecnología de estructuras DOMO. Al frente de este despliegue está Guillermo Álvarez, responsable del área de Tall Structures y de la División E&C de Dominion en Estados Unidos, donde lleva afincado desde 2004.
Guillermo Álvarez-director de Tall Structures y responsable de Dominion E&C en Estados Unidos
¿En qué está especializada la División de Engineering & Construction? ¿Cuál es su encaje dentro de Dominion Global?
La división E&C somos expertos en la gestión de proyectos de ingeniería especializada y provisión de servicio en entornos industriales, empleando tecnología para asegurar el mayor nivel de eficiencia. Entre nuestras capacidades se incluyen la construcción de todo tipo de estructuras altas y sistemas de gas y combustión, servicios integrales en revestimientos y mantenimiento y montajes industriales generales.
En mi caso, soy el responsable del área de estructuras altas dónde se incluyen todo tipo de construcciones de estas características: chimeneas de hormigón y metálicas, silos de hormigón y tipo DOME, torres solares y de refrigeración, entre otros. Nosotros trabajamos constantemente en colaboración otras áreas de Dominion, por ejemplo, para ofrecer soluciones integrales que incluyan también el servicio de operación y mantenimiento, o con el área de transformación digital que nos apoya en la vertiente tecnológica.
¿En qué situación se encuentra el mercado?
La situación del mercado de estructuras altas varía mucho desde un punto de vista geográfico. Existe un boom sin precedentes en la India y el sudeste asiático, mientras que el mercado de Europa y Estados Unidos está más maduro, y en África, casi sin explotar. Nosotros operamos a nivel global por lo que siempre encontramos oportunidades: mientras en Asía colaboramos en el desarrollo industrial, en mercados maduros realizamos proyectos de desmantelamiento.
¿Qué diferencia a Dominion E&C de sus competidores?
Lo que nos diferencia es la tecnología y la posibilidad que tenemos de diseñar y construir en cualquier lugar del mundo: no estamos limitados geográficamente. Gracias a la digitalización de nuestros procesos, que es una de nuestras señas de identidad, tenemos la posibilidad de controlar los trabajos en 20 países diferentes desde tres o cuatro localizaciones. Las herramientas de gestión que hemos implementado en Dominion E&C nos ofrecen una ventaja tecnológica que nuestros competidores no tienen. Y a todo ello hay que unir nuestra capacidad de diseño y el elevado nivel tecnológico que tienen nuestros profesionales, con muchos años de experiencia a sus espaldas.
¿Cuáles son los últimos proyectos más destacados de la división E&C?
Uno de los que estamos a punto de concluir es el proyecto Opole, que consiste en la construcción de las dos torres de refrigeración más grandes de Europa en una planta termoeléctrica en Polonia. Además, hemos demolido y reconstruido cuatro chimeneas en el centro de Londres para una instalación termoeléctrica llamada Battersea. Y en cuanto a volumen de negocio es muy importante la demolición de chimeneas de hormigón en Estados Unidos: en apenas seis años hemos procedido a la demolición de 30 estructuras.
Y en cuanto a las últimas novedades de la División, ¿cuáles destacaría?
Hemos adquirido Bygging India, una empresa muy reconocida en el área de estructuras altas en ese país, que nos ha abierto las puertas a este mercado. Y por otro lado, gracias a la incorporación de la tecnología de las estructuras DOMO, hemos conseguido los primeros proyectos en la isla de Guadalupe y en Rusia. Esta tecnología abre una nueva y prometedora línea de negocio, es un producto nuevo a nivel mundial. Creemos que va a ser una línea de negocio muy importante porque el mercado de chimeneas de hormigón en Europa y Estados Unidos ya está explorado y ahora podemos aplicar esta nueva tecnología en otros campos.
Llevas afincado varios años en Estados Unidos. ¿Cómo arrancó la trayectoria de la División de Engineering & Construction?
Entramos en Estados Unidos en el año 2004 para aprovechar el boom de sulfuraciones que se iban a ejecutar en el país: adquirimos el 35% de una empresa de Buffalo llamada International Chimney Corporation (ICC), y a la vez creamos otra llamada Karrena International para poder atacar este mercado entre las dos. Lo hicimos así porque hay que tener en cuenta que Estados Unidos es un poco complejo desde el punto de vista laboral: hay sectores en los que las empresas solo pueden operar si su personal está afiliado al sindicato. Por eso necesitábamos tener una empresa con este personal union, e ICC es una de ellas. Pero además queríamos aprovechar este mismo boom del mercado como punta de lanza de nuestra implantación en el país porque el mercado de Estados Unidos es demasiado importante como para no estar presente en él.
¿Qué estructura tiene Dominion en Estados Unidos?
Actualmente tenemos más de 300 personas teniendo en cuenta las oficinas y los operarios a pie de obra. Nuestras oficinas principales están en Buffalo, en el Estado de Nueva York, en Portsmouth, New Hampshire, y luego tenemos otras oficinas menores en Chicago, Houston, Washington, Pittsburg, Alabama, Missouri, Connecticut y Washington.
Actualmente, ¿cuál es la coyuntura económica y cómo afecta al negocio de E&C?
Como se suele decir, ahora la economía de Estados Unidos va como un tiro, y eso es bueno para Dominion. Y aunque el mercado principal de termoeléctricas de carbón se ha ralentizado, existe mucha actividad relacionada con él, como el mantenimiento de las chimeneas en las plantas de carbón o las demoliciones y desmantelamientos. Aunque muchas de estas estructuras se han quedado en desuso, su mantenimiento cuesta dinero y por eso muchas empresas optan por demolerlas. También estamos aprovechando la coyuntura económica positiva para incorporar en Estados Unidos otras actividades de Dominion mediante nuestra red comercial, por ejemplo, para llevar nuestras capacidades en operación y mantenimiento al sector utilities o al de telecomunicaciones, donde tenemos amplia experiencia en otras geografías.
¿Cuál es la propuesta de valor de Dominion en su actividad?
Claramente el uso que hacemos de la tecnología, tanto en su utilización para mejorar los procesos de trabajo como para aplicar las soluciones más avanzadas. En el área de refractario por ejemplo, la tecnología in-house que tenemos en Europa está más desarrollada que la que existe en Estados Unidos. Estamos aportando valor añadido a nuestros clientes con diseños específicos para sus hornos que hasta este momento no existían en el mercado. En cuanto a la gestión, tenemos plataformas implementadas que nos permiten organizar y desarrollar el trabajo de una forma más eficiente que las otras compañías del sector.
Desde un punto de vista más personal, ¿cómo te resulta vivir en Estados Unidos?
Realmente yo nunca he trabajado en España. Cuando acabé la carrera y me fui a Alemania y desde entonces he pasado dos veces por Brasil, por Venezuela, otra vez por Alemania… siempre he trabajado fuera. En Estados Unidos llevo desde 2004, y como es un país tan grande tiene unas diferencias enormes. No es lo mismo Alabama que Nueva York que Chicago. En Buffalo lo mejor es la gente: es muy acogedora y muy agradable con todas las personas que vienen de fuera. Su único problema es el invierno, que es muy largo y muy frío. El periodo que va desde diciembre a marzo es muy frío, es lo que más me cuesta.
¿Y echas algo de menos, como la familia? Aunque viendo todo lo que te has movido…
La empresa que integró Dominion, Beroa, era en parte familiar. Mi jefe era mi padre y ahora es mi hermano Jorge, que es el director de la unidad. Y todavía tengo dentro de la empresa a mi hermano Fernando trabajando en Madrid y a mi hermana Ana trabajando en Bilbao. Y por cuestiones de trabajo tengo que ir a Europa entre 10 y 12 veces al año, así que hoy en día vivir en Estados Unidos, al otro lado del Océano Atlántico no es como hace décadas, ahora las distancias son más cortas. Por eso no echo en falta muchas cosas, igual la comida…
Después de recorrer medio mundo trabajando, ¿nos puedes destacar algo?
Lo que más disfruto de mi trabajo es la posibilidad que nos da de conocer países diferentes, culturas distintas y, sobre todo, gente excepcional en todos lados. El 99% de los compañeros, clientes, subcontratistas o proveedores con los que he tenido el gusto de trabajar son buenas personas que quieren hacer bien su trabajo.
¿Y algo de lo que te sientas orgulloso?
Lo que más orgullo me da, con diferencia, es trabajar junto a mi hermano Fernando que, con una discapacidad importante, me demuestra cada día que con tenacidad y esfuerzo no hay nada que no puedas lograr. Never give up!